lunes, 18 de agosto de 2014

La construcción del canal de Nicaragua amenaza conuna catástrofe ambiental

El canal que unirá el Atlántico con el Pacífico a través de las selvas y humedales de Nicaragua
no se debería realizar sin la correspondiente evaluación de impacto ambiental, advierten esta
semana en la revista Nature dos investigadores. El proyecto, liderado por una empresa china,
amenaza comunidades indígenas y valiosos ecosistemas de Centroamérica.



El Gobierno de Nicaragua otorgó el año pasado una concesión a una empresa de Hong Kong
(China), prácticamente desconocida, para construir un canal que atraviese este país
centroamericano a lo largo de 286 km, desde el Pacífico hasta el Atlántico.
La concesión incluye el derecho a construir centros industriales, aeropuertos, un sistema
ferroviario, otro de oleoductos, así como los derechos de expropiación de las tierras y los
recursos naturales que se detecten en el trayecto. Las obras comenzarán a finales de este año.

Aunque no se ha decidido la ruta
exacta del canal, se sabe que
atravesará el Gran Lago de Nicaragua
(Cocibolca), la mayor reserva de agua
potable de América Central y un
entorno de gran biodiversidad, además
de bosques y humedales de gran valor
ecológico. También viven en la zona diversas comunidades indígenas que se pueden ver
amenazadas.

“Este proyecto podría conducir al mayor desastre ambiental de la región”, alerta a Sinc Jorge
Huete-Pérez, director del Centro de Biología Molecular en la Universidad Centroamericana, que
no se explica cómo este tema se ha escapado al 'radar' de las grandes organizaciones
conservacionistas.
Huete-Pérez, junto al biólogo Axel Meyer de la Universidad de Konstanz (Alemania),
demandan esta semana en la revista Nature la necesidad de realizar una evaluación de impacto
ambiental independiente para este megaproyecto. Hasta ahora la Asamblea Nacional de
Nicaragua ha rechazado las denuncias legales presentadas contra la concesión.
Los autores proponen que el gobierno nicaragüense debería detener los planes de
construcción hasta que los estudios de evaluación confirmen la viabilidad y rentabilidad del
proyecto.
“El Gobierno aduce que con el proyecto sacará a Nicaragua de la pobreza, pero hasta la fecha
no se conocen estudios de viabilidad financiera y los mejores economistas han expresado su
preocupación por la posibilidad de que este canal se convierta en un enclave extranjero como
ocurrió con el de Panamá”, dice Huete-Pérez.
El investigador insiste en la amenaza ambiental que representa la obra: “Puede causar daños
irreparables en los ecosistemas –terrestres, lacustres y marinos–; tener un efecto devastador
en las propiedades químicas y biológicas de ríos y lagos; dañar el entorno por las obras de
construcción, excavación y dragados, así como la contaminación que puedan producir los
grandes buques petroleros".

Extinción de especies y cambios migratorios
Esto también puede conducir a la extinción de muchas especies endémicas de peces de
importancia económica para el turismo (pesca deportiva) y la supervivencia de comunidades
costeras pobres. Además también se puede favorecer la introducción de especies invasoras.
La infraestructura del canal y demás proyectos asociados (oleoductos, aeropuertos, zonas
industriales, entre otros) tendrán un impacto negativo en los patrones de migración y la
dinámica biológica de la fauna terrestre.
“Tal como ha sido presentado este proyecto no es ni ambiental ni científicamente sostenible”,
señala Huete-Pérez, que concluye: “Se necesita una acción nacional e internacional sólida
para efectuar una evaluación ambiental independiente que determine los posibles impactos
del proyecto canalero y proponer otras alternativas económicas más sostenibles”.
Zona geográfica: Latinoamérica


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