Nuestro universo, con lo inmenso que es, con centenares de miles de
millones de galaxias visibles y tantos millones de estrellas en cada
una de ellas, puede que no sea el único que exista. Tal vez hay otros
universos, distintos del que conocemos, y alguno parecido...
¿Sería posible visitarlos? ¿Echarles un vistazo? ¿Comprobar siquiera
si efectivamente están por ahí como burbujas aisladas... a no ser que
entren algunas en colisión? Medio centenar de expertos
estadounidenses, europeos y españoles se han reunido esta semana en un
encuentro científico de alto nivel celebrado en la Universidad
Autónoma de Madrid (UAM) para discutir precisamente los multiversos y
las teorías en las que emerge su existencia.
"Un pez en el océano, puede pensar que todo lo que existe es agua",
empieza por explicar Raphael Bouso, físico teórico de la Universidad
de Berkeley (EE.UU.), abordando el multiverso con una metáfora.
"Pero unos peces inteligentes empiezan a investigar y a hacer
experimentos con los átomos que tienen alrededor y se dan cuenta de
que esos átomos se pueden unir de otra manera y formar otras cosas,
como aire, tierra... es decir, que en el universo puede haber regiones
completamente diferentes de la que uno vive".
Así, esos experimentos y esas conducen a teorías científicas que
pueden hacer predicciones. "Investigamos si puede haber otros
universos sin tener necesariamente que visitarlos o verlos", continúa
Bouso, pero advierte: "La teoría no es suficiente, es importante pero
no suficiente... hay que probarla".
Con toda la cautela, este científico es optimista y considera que en
algún momento la ciencia logrará confirmar o descartar si hay más
universos o si nuestro cosmos es único.
"Sí, creo que pueden existir, ¿por qué no? Pero no sé si se van a
encontrar pruebas", señala Lisa Randall, física de la Universidad de
Harvard, algo más cautelosa.
Entre el medio centenar de especialistas participantes en el
encuentro, organizado por el Instituto de Física Teórica IFT
(UAM-CSIC), los hay que ponen más pegas y otros más favorables a la
idea o, tratándose de ciencia, a las teorías que cuentan con el
multiverso y los fiables que son.
"Soy físico, no puedo asegurar la existencia de un multiverso con
total certeza", advierte Luis Ibáñez, catedrático de Física Teórica de
la UAM y uno de los organizadores del encuentro.
El núcleo de la cuestión por la que estos especialistas se afanan para
dilucidar si puede haber o no cosmos vecinos son las denominadas
teorías de supercuerdas, un marco físico-matemático en el cual las
partículas elementales que forman todo lo que existe no son sino
efectos de las diferentes vibraciones de una especie de filamentos
subatómicos.
Su belleza matemática atrae a miles de físicos, frente al escepticismo
de otros muchos científicos dada la dificultad de demostrar si dicha
teoría es correcta o no.
El atractivo de las supercuerdas es que permiten integrar de forma
natural la mecánica cuántica que tan exitosamente describe el
microcosmos, con la no menos notable Relatividad General de Einstein
que rige el cosmos a gran escala y que las teorías estándar
verificadas no logran unificar.
"La teoría de supercuerdas parece poseer un inimaginable número de
soluciones que corresponderían a universos posibles pero con distintas
propiedades", señalan los expertos como punto de partida.
Pero, además, el multiverso es una consecuencia de otra teoría, la de
la Inflación Cósmica, que cuenta con un crecimiento descomunal y
rapidísimo del universo en el primer instante del Big Bang. "Si la
inflación es cierta, aparece de forma natural el multiverso", apunta
Ibáñez.
Así que se pudieron formar muchos universos a la vez, como burbujas
independientes, una de las cuales sería nuestro universo que, recalcan
los científicos, crece a partir de ese momento, según describe con
éxito la teoría clásica del Big Bang.
Esas burbujas "se formarían en el pasado, pero se siguen formando
constantemente, pueden estar surgiendo ahora", explica Ibáñez.
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