Café de Civeta
EL CURIOSO CASO DEL KOPI LUWAK
Su sabor es semejante al del caramelo y el chocolate, todo adicionado con un aroma enérgico y excelente calidad
México / Indonesia / España / Ciberpasquinero / Emilio Lizarraga / Conicet
Son varias las leyendas sobre el origen del aromático, pero, sea, cual sea la verdad del descubrimiento de las propiedades de los granos de café, lo que es una realidad es su agradable aroma, delicioso sabor y, sobre todo, el insomnio que a casi todos nos provoca.
El café es una de las bebidas sin alcohol más socializadoras en el mundo desde la actualidad hasta nuestros días.
Actualmente, la industria cafetera mueve alrededor de 70 mil millones de dólares al año. Esta suma sólo es superada por el comercio del petróleo.
El café es una bebida que se toma en casi cualquier parte del mundo y el primer premio en calidad siempre resulta un trofeo muy disputado.
Este honor suele recaer en América latina, África o en Oriente próximo, pero como todo es cuestión de gustos.
  Formas de prepararlo
Existen  casi tantas formas de preparar  esta bebida como consumidores, pero la  más popular, aparte de tomarlo  solo, es la que lleva leche. 
También, se le suele añadir crema o nata, leche condensada, chocolate o algún licor. 
Se sirve habitualmente caliente, pero también se puede tomar frío o con hielo.
Tanto en España como en Portugal es muy popular tomar el café torrefacto, es decir, tostado en presencia de azúcar.
El conocido como café árabe es una forma de prepararlo que consiste en hervirlo con agua, cardamomo y canela.
  Historias de sus orígenes
“Ojala que llueva café en el campo…” 
La canción de Juan Luis Guerra (que se hiciera tan popular en México con los acordes de los locuaces de Café Tacuva)   nos traslada a una escena en la que el café proviene del cielo en  forma  de lluvia; idea que de ninguna manera resulta descabellada, si  tenemos  en cuenta las diferentes leyendas y relatos existentes acerca  del origen  del café.
Los  cristianos de Abisinia, hoy Etiopía,  relataban que un piadoso anciano  llamado Bata Maryan se pasaba el día  rezando, en ayuno y penitencia,  hasta que un día quedó sumido en la  inconsciencia, con su bastón  apoyado en el piso. 
Al despertarse, el bastón había arrojado raíces y estaba cargado de hojas y frutos rojos: era la primera planta de café.
  Bebida energizante
Alá envió el qahwa (café) a Mahoma –debido a que sus fuerzas habían declinado– quien, con sólo unos tragos de esta energizante bebida logró recuperarse y obtener la fuerza necesaria para poder desarmar a 40 hombres y hacer felices a 40 mujeres.
  Quemados y molidos
Una  historia más cuenta que Kadi, un  pastor de las montañas de Yemen, vio  que las cabras comían unos extraños  frutos rojos y, después de su  ingesta, se mostraban con mayor energía.
Como  buen observador y experimentador,  decidió ingerir las bayas y así  comprobar su poder reconfortante,  después de lo cual, se difundió la  noticia acerca de la magia de estos  frutos, hasta llegar a los monjes  de un monasterio cercano.
En Occidente, la existencia 
de un café tan poco común 
se conoció en marzo de 1981,
 a través de un artículo 
publicado en National 
Geographic titulado “The Bonanza 
Bean-Coffee” (El grano de 
café de Bonanza).
Ellos  empezaron a preparar las bayas en  forma de infusión, ya que la bebida  les permitía prolongar sin cansancio  sus largas horas de plegaria.
Convertidos  en devotos de la bebida, los  monjes secaban los frutos del café con  ayuda de calor, pero en un  descuido, éstos empezaron a quemarse; no  obstante, el atractivo aroma de  los frutos, primero tostados y luego  casi quemados, les dio la idea de  recuperarlos y molerlos –con lo que,  de paso, avanzó el sistema de  preparación, acercándose a la forma  actual–.
  Producción singular
Se  cree que la variedad de café kopi  luwak se originó en plantaciones  holandesas (hace aproximadamente 200  años), en el actual territorio de  Indonesia, antes de que lograra su  independencia, en 1945 (recordemos:  lo que hoy es Indonesia fue colonia  holandesa), cuyos pobladores  locales empleaban estos inusuales granos  como forma de pago.
Aunque  el café de civeta proviene de las  islas indonesias de Java, Sumatra y  Sulawesi, no es su lugar exótico de  origen lo que contribuye a su  mística y elevado precio, sino su  insólito e inesperado método de  producción.
Sucede que sus  bayas no parten  simplemente de un cafetal a una planta para ser lavadas  y despulpadas  con el fin de dejar los granos en condición de pasar al  secado, tostado y  molido tradicionales.
  Devorados por las civetas
  Granos excretados
El  trabajo non grato viene a  continuación: hay que esperar el tiempo de  procesamiento mencionado y  entonces, recolectar los granos excretados  por la servicial civeta, ya  que la paga por su participación sólo  consiste en contar con más bayas  para alimentarse y continuar el ciclo  de producción.
Finalmente, estos granos son tostados, con lo cual quedan listos para su empaque y, sobre todo, para su consumo. 
  La Civeta
Un  mamífero: Paradoxurus hermaphroditus,  originario del archipiélago  indonesio, conocido comúnmente como civeta,  civeta de las palmas o  luwak, vive en bosques tropicales, plantaciones,  huertos, aunque, a  menudo también puebla los techos o aleros de las  viviendas en las zonas  pobladas.
Es un pequeño  animal omnívoro, de la  familia Viverridae, que pesa entre 1.5 y 4.5  kilogramos y posee un  aspecto similar al de los mapaches, ya que su  pelaje es gris con manchas  negras, entre las que destacan tres franjas  de color negro a lo largo  de cada lado de su cuerpo, alrededor de sus  ojos y en cada lado de su  nariz.
  Mamíferos nocturnos
Las civetas merodean exclusivamente de noche sin conformar grupos. 
El  peligro de encontrarse con  depredadores durante el día favoreció su  comportamiento de alimentación  nocturna (principalmente, de 18 y 4  horas), para lo cual desarrollaron  un buen sentido del olfato y una  excelente visión que les permite buscar  y comer sólo las bayas rojizas  maduras del café.
Son  expertos escaladores y pasan la  mayor parte de su vida en los árboles; y  el hecho de que no pueden vivir  en cautiverio ha evitado, para su  fortuna, su comercialización en masa.
  Frugívoro
Los comportamientos 
y dieta de las culturas 
desbordan los conocimientos 
y métodos de etólogos 
y nutricionistas. 
No  obstante, el estado de conservación,  indica que es una especie bajo  preocupación, aunque menor, según la  Unión Internacional para la  Conservación de la Naturaleza.
  Café especial
Massimo  Marcone es un investigador de la  Universidad de Guelph, Ontario,  Canadá, quien, actualmente, es el mejor  conocedor del kopi luwak y sus  entornos. 
Él realizó un  detallado análisis de la  superficie de los granos recolectados,  empleando el método de  microscopia electrónica, y en su estudio  determinó que la cubierta de  los granos presentaba un aspecto  erosionado, característica que no  exhiben los granos normales, por lo  cual sugirió que estos cambios se  producen por la acción de las enzimas  digestivas de la civeta; sin  embargo, el sabor particular de los  granos se debe a la  desnaturalización y fragmentación de ciertas  proteínas.
  Aroma
El  enérgico aroma se debe a los cambios  que experimentan los  constituyentes de los granos en el tubo digestivo,  así como a los  subproductos originados en el proceso de tostado de los  mismos. 
Estos últimos son el resultado de las que se conoce como reacciones de Maillard.
Otra  posibilidad acerca del aroma y el  sabor es la presencia de una  sustancia existente en una glándula  perianal de la civeta, conocida  como algalia, cuyo principal  constituyente es la civetona, una cetona  macrocíclica que actúa como  fijadora, con lo cual no sólo se evita la  evaporación de los aromas,  sino que los potencia.
Esta sustancia es muy empleada en perfumería, pero la civeta la usa para marcar su territorio y para defenderse.
  Una tacita
Son innumerables las leyendas, anécdotas y personajes que se fueron gestando en torno al café. 
Entre los personajes que le rindieron culto se encuentra Beethoven, quien exigía exactamente 60 gramos de café por taza. 
Luis XV amaba cultivar el café en Versalles para luego recoger sus frutos y tostarlos personalmente. 
Honoré  de Balzac, el novelista francés  más importante de la primera mitad del  siglo XIX, tomó 50 mil tazas de  café mientras escribía las obras que  componen La comedia humana…
  Grado óptimo de maduración.
De color claro, buen cuerpo y aroma intenso, en el paladar no sabe amargo ni ácido, sino que se percibe dulce, casi acaramelado, dice el barista colombiano Daniel Cifuentes y su novia, la indonesia Zehan Nurhadzar.
Hablan muy en serio, mientras señalan una caja de madera tallada y un certificado de autenticidad expedido por “Kopi Luwak International”.
“Para que sea auténtico, los granos de este café tienen que ser recuperados de las heces de la civeta que vive en libertad. Los de civetas en cautiverio son falsos”, explican.
  Los infaltables números
Los productores lavan los granos y los tuestan 12 minutos . 
El resultado es el Kopi Luwak, un café que en el mundo se cotiza a 900 euros el kilo. 
En Londres, una taza cuesta 500 pesos, el doble que en Buenos Aires. 
“Se  producen sólo 600 kilos de  Kopi Luwak por año y la mayor parte se  exporta. En Indonesia, hasta hace  ocho años estaba prohibido . Decían  que era sucio. Después lo  autorizaron, pero la gente no se acostumbró a  beberlo”, cuenta Zehan, que además es especialista en publicidad. 
Con su novio Daniel, graduado en Marketing, se conocieron en Rusia, donde estudiaron.
La embajadora de Indonesia se convirtió en la primera cliente en tomar un Kopi Luwak en Argentina. 
Hasta ahora, sólo tres más se animaron a pedirlo. “Uno   era catador de café. Los otros, una pareja de chinos que lo habían   probado en Shanghai y vinieron especialmente para tomarlo otra vez”, cuenta Cifuentes.
  Frases para comensales
El local está decorado con varias frases, una de las cuales afirma: “El mejor café no es el más caro sino el que se comparte”. 
 “Un mismo café admite un infinito número de interpretaciones”.
“Los porteños toman mucho café, pero lo usan como una excusa para reunirse y no exigen calidad –dice Cifuentes–”.
  Colofón
El  caso de este café es muy particular,  aunque existen innumerables  productos que muchos de nosotros no  consumiríamos si se conociera su  procedencia.
  El autor 
Emilio  Lizarraga es profesor de Ciencias  Biológicas y docente de la Cátedra  de Elementos de Química Orgánica y  Biológica, en la Facultad de  Ciencias Naturales e Instituto Miguel  Lillo, de la Universidad Nacional  de Tucumán, Argentina. 
Es, además, becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).





 
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