El estudio liderado por científicas mexicanas fue publicado recientemente en la prestigiada revista PloS ONE
Permite "código de barras" identificar a la especie depredadora en la zona costera de la península de Yucatán
Permite "código de barras" identificar a la especie depredadora en la zona costera de la península de Yucatán
Es originario de los océanos Índico y Pacífico, pero encontró en las aguas del Caribe el ambiente ideal para reproducirse, mas la forma en que se alimenta el pez león, lo convierte en un depredador que amenaza la fauna del arrecife coralino mesoamericano, el segundo más grande del mundo, y su extendida invasión es ya evidente en la zona costera de la Península de Yucatán.
La identificación de la especie invasora y de qué se alimenta ha sido posible gracias a la utilización de la técnica llamada Código de barras de la Vida (BOLD, por sus siglas en inglés), un proceso que permite inventariar la biodiversidad no sólo marina, sino también terrestre.
Fue así que se pudo conocer cuál de las especies de este llamativo, atractivo y venenoso pez exótico es el que habita en las aguas caribeñas. Además, fue posible conocer los hábitos alimenticios de este carnívoro del mar y de cuáles especies se está alimentando.
Para saber qué come esta especie se realizó un análisis del contenido estomacal. Este último estudio es el primer informe de la aplicación de códigos de barras de ADN para determinar la composición de presas para el pez león invasivo en el Océano Atlántico.
Esta información, la más reciente acerca de esta especie de la familia Scorpaenidae, apareció en la prestigiada revista PloS ONE, de la Public Library of Science, que publicó un artículo de la autoría del grupo de investigación integrado por Martha Valdéz Moreno, Ricardo Gómez, María del Carmen García Rivas y Carolina Quintal Lizama.
La utilización de esta técnica dentro del proyecto internacional Bold (Barcode of Life Database/Código de Barras de Vida), que lidera Canadá y en el que participan 25 países, entre ellos México, tiene como objetivo identificar las especies marinas existentes e integrar la información en una biblioteca con el ADN de cada una de ellas.
De esta forma se pudo determinar que Pterois volitans es la especie carnívora que está presente en el Caribe mexicano.
"Se trataba de determinar cuál de las dos especies, Pterois volitans y P. Millas, estaba presente en las aguas del arrecife coralino. Esto no quiere decir que no esté la otra especie, pero su presencia se irá confirmando conforme se vaya anvanzando en la identificación de las especies", explica Valdéz Moreno.
Añade que el Código de Barras de la Vida es una técnica de la biología molecular en la que se usa un marcador, que es un pedacito de gen mitocondrial, con lo que es posible "limpiar" el ADN del tejido que se estudia permitiendo conocer su secuencia.
La investigadora del Colegio de la Frontera Sur, unidad Chetumal, hace referencia al trabajo de Paul Hebert, quien en el 2003 publicó que un pedacito de gen es capaz de identificar una especie de otra a través de la comparación de sus secuencias.
El estudio realizado por el grupo mexicano que encabeza Valdéz Moreno arrojó algunas sorpresas, pues además de identificar a P. Volitans como el invasor carnívo, se reconocieron a tres especies de peces que no estaban registradas para el Caribe mexicano, lo que fue una novedad, como también lo fue confirmar las prácticas de canibalismo del pez león.
"Al momento sabemos que el pez león que se encuentra en aguas caribeñas mexicanas, se alimenta de unas 30 especies de peces y de unas 40 de crustáceos, y lo sabemos por la utilización de esta técnica".
Martha Valdéz dijo que una vez que la biblioteca esté completa se podrá definir rápidamente si las especies encontradas colateralmente son desconocidas o no tras compararlas con los registros almacenados.
Código de Barras de la Vida
La conformación del Código de Barras de Vida es un proceso de secuenciación en el que a cada uno de los cuatro núcleos del ADN ((adenina, guanina, citosina y timina) se les asigna un color, que al sustituirse en la secuencia, da como resultado una barra de colores, similar al código de barras de los productos comerciales, pero que en esta caso es de vida.
La investigadora menciona que hasta ahora se tienen a siete mil especímenes secuenciados; es decir, un 28% de la fauna de peces que se conocen, y aunque reconoció que falta mucho por hacer, la buena noticia es que el proyecto internacional ha tenido un buen comienzo.
El grupo mexicano lleva siete años trabajando en esta técnica y ha colocado al país en el cuarto lugar mundial en Código de Barras de la Vida.
Llegada de pez león al occidente del Océano Atlántico
La llegada del pez león al Caribe fue producto de una secuencia de eventos, cuenta la bióloga Martha Valdez, quien menciona que tras el paso del huracán Andrew en el 2009 este pez se liberó de los acuarios, aunque recuerda que ya había reportes de su presencia desde 1985.
Es un pez muy llamativo, bonito, dice, pero si toca trasmite el veneno que tiene en la base de las aletas dorsal, pectoral y anal, y si bien hasta ahora no se han reportado muertes, el contacto llega a ser muy doloroso
Sostiene que hay un mercado muy importante en el acuarismo y la gente lo compra tras ser importados del Indopacífico para tenerlos en sus acuarios. Su liberación al mar, por la razón que sea, ha provocado su proliferación a gran escala.
En la actualidad, la invasión del pez león se ha extendido a lo largo de la costera de la península de Yuacatán, incluyendo la totalidad de los arrecifes de coral de Mesoamérica y se ha registrado en todo el Caribe hasta Venezuela.
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