Las garras de las gambas mantis (Odontodactylus scyllarus), con forma de martillo, pueden romper las conchas de moluscos, las cabezas de pequeños peces e incluso el cristal de un acuario.
Un equipo estadounidense de investigadores ha analizado la estructura de estas garras para entender qué es lo que las hace tan resistentes.
Según el estudio que se publica esta semana en la revista Science, las garras se dividen en tres partes de diferente composición.
La parte que impacta contra el molusco es densa y está compuesta de hidroxiapatita mineral (que se encuentra en los huesos y dientes de los vertebrados) y respaldada por material orgánico llamado quitosano, apilado en diferentes orientaciones para resistir mejor a la fractura.
Aunque las otras partes son menos rígidas, según los autores, la anatomía de las garras de esta gamba podría aportar ideas para desarrollar materiales resistentes en objetos que soportan intensos y constantes impactos.
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