• Prácticamente desapareció de esa isla del archipiélago de Revillagigedo, hacia 1957
• La última vez que se vio un ejemplar en libertad fue hace 40 años
• La última vez que se vio un ejemplar en libertad fue hace 40 años
El último reporte escrito sobre un ejemplar en libertad de la paloma de Socorro (Zenaida graysoni) en su hábitat natural -la isla del mismo nombre, una de las que conforman el archipiélago de Revillagigedo, al oeste de la costa de Colima, en el Pacífico–, data de hace 40 años.
Ahora, el Instituto de Biología (IB) de la UNAM participa en el proyecto de reintroducción de esa ave endémica, que encabeza Juan Esteban Martínez Gómez, del Instituto de Ecología AC, de Xalapa, Veracruz, en colaboración con la Island Endemics Foundation, Africam Safari, y otras 20 instituciones de Estados Unidos y Europa.
Ecosistemas frágiles
Hay aves, como las marinas, que sólo anidan porciones de tierra porque allí están libres de depredadores. Sin embargo, son ecosistemas frágiles, si el ser humano llega a uno y lo transforma, altera su equilibrio ecológico y perjudica sus especies.
"Hace unos tres mil años, los polinesios ocuparon muchas islas del Océano Pacífico y alteraron los ecosistemas, por lo que algunas aves endémicas se extinguieron. Posteriormente, los balleneros introdujeron puercos, borregos, cabras, ratas, gatos y otras especies.
"A la isla Socorro llevaron borregos y gatos, que empezaron a dañar la vegetación. La paloma y otras aves como el tecolote enano, y la pardela de las Revillagigedo, sufrieron las consecuencias", señaló Patricia Escalante Pliego, curadora de la Colección Nacional de Aves en el Departamento de Zoología del IB.
Entonces, la paloma de Socorro fue víctima de la caza inmoderada de quienes visitaban esporádicamente la isla, de las nuevas enfermedades, y de la voracidad de los gatos.
Afortunadamente, en 1925 unos exploradores de la Academy of Sciences llevaron consigo algunos ejemplares para criarlos en cautiverio, con lo que se salvó de su extinción total. Con todo, al desaparecer de su hábitat natural hacia 1957, se le considera extinta en la naturaleza.
Aviarios
"Hace años fuimos contactados por algunos criadores, encabezados por Luis Baptista; incluso nos sembraron la semilla de traerla de vuelta a la isla Socorro. Ahora bien, si se cría un ave en cautiverio, es difícil devolverla a la naturaleza. Primero se debe conservar su patrimonio genético puro: no hay que mezclarla, hay que mantenerla sana, libre de enfermedades, y luego, una vez de regreso en su hábitat, hay que enseñarle de nuevo a ser salvaje, a defenderse, y esto es difícil, porque si uno le da el alimento, ya no quiere volar. En eso estamos", informó Escalante Pliego.
Con el apoyo de la Armada de México, los investigadores que participan en este proyecto construyeron aviarios, que recibirán ejemplares donados; en el momento que la isla tenga las condiciones para asegurar su sobrevivencia, se iniciará el proceso de liberación. Ahora, el Programa de Cría Europeo y cinco zoológicos de Estados Unidos mantienen la población en cautiverio, que no sobrepasa los 200 ejemplares.
Restauración de la isla
Ahora que ya tienen los permisos correspondientes, los investigadores están en contacto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que es la entidad responsable del manejo de las islas del país como áreas de la Reserva de la Biosfera, para dar los siguientes pasos.
"Va a ser necesario que varias personas, como estudiantes y los mismos biólogos responsables, vayan a vivir a la isla Socorro para cuidar a las palomas".
También, los investigadores tienen un proyecto de restauración de ese entorno, pues en realidad lo más importante del proyecto es eliminar los factores que extirparon esa ave de su hábitat natural.
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