Los gorriones comunes (Passer domesticus) llevan siglos conviviendo con el ser humano en pueblos y ciudades de casi cualquier parte del mundo.
Sin embargo, se estima que su población en Europa ha caído un 63% en solo 30 años, y las alarmas han saltado en grandes urbes
No hace tantos años era frecuente ver gorriones en París, pero desaparecen a un ritmo vertiginoso debido sobre todo al "aburguesamiento" de una ciudad donde cada vez encuentran menos edificios destartalados para hacer su nido.
Se van por varios motivos. "Seguramente no existe una única causa", pronostica Frédéric Malher, presidente del Centro Ornitológico del Ile-de-France (Corif), la región parisina.
Estos pájaros saltarines se enfrentan a varios problemas de hábitat y de alimento.
"El gorrión hace su nido en un agujero (...) le gustan los edificios un poco desvencijados, por eso al renovar un edificio antiguo estamos haciendo desaparecer" su hábitat, explica.
Suele haber más gorriones en los barrios menos ricos porque cuentan con "más espacios baldíos, al abandono", explica Maxime Zucca, ornitólogo de Natureparif, el organismo encargado de la vigilancia de la biodiversidad en la región parisina.
Un entorno indispensable para que los gorriones cacen insectos para sus crías
La pérdida de poblaciones en las urbes puede estar vinculada al electromagnetismo generado por las antenas, a la contaminación, al aumento de la depredación y a la competencia con especies invasoras. También existe una creciente dificultad para encontrar alimento, especialmente en época de cría. A ello se añade la escasez de zonas verdes y de lugares para nidificar.
En París el número de terrenos baldíos o ruinosos cayó a la mitad en 30 años, un "aburguesamiento" que repercute en estas aves.
Algunos también culpan a los pesticidas o al gavilán, aparecido recientemente en París y que se alimenta de pájaros.
Otra pista posible: las ondas de radio, que trastocan el sistema de orientación de los petirrojos.
"Podría tener algo que ver" pero esta hipótesis "no se ha verificado del todo", afirma Zucca.
El gorrión común no es la única especie que disminuye en París. Ocurre con el verderón, el jilguero o el serín.
La capital francesa no es la única gran ciudad europea en la que escasean los gorriones, apunta el ornitólogo Olivier Païkine.
"Fue en Londres donde se notó por primera vez la caída de ejemplares: 60% menos entre 1994 et 2000".
Una tendencia que se repite en Berlín, Bruselas, Praga, Moscú, Amsterdam, Edimburgo, Hamburgo, Milán, Florencia...
Los numeros hablan
En París "la caída es global y muy importante. Desde 2010 ¿fue el 50% de ejemplares desaparecidos o más? Soy incapaz de precisarlo pero es en torno a eso", dice Malher.La bajada últimamente se ha acelerado, añade el experto, según el cual se dispondrá de cifras precisas a finales de 2016 o comienzos de 2017 gracias a los datos recogidos por el Museo Nacional de Historia Natural.
"Tenemos la sensación de que hay muchos menos gorriones" y que el fenómeno se ha acelerado, coincide Zucca.
Aunque no hay cifras concretas se cree, según Païkine, que en el interior de la ciudad de París había entre "5.000 y 10.000 parejas" de gorriones en 2010.
Es entre cuatro y ocho veces menos que en 1962, cuando se calcula que había "43.000 parejas".