El actual fenómeno meteorológico de El Niño está atacando a los arrecifes de coral, lo que ha dado pie a la puesta en marcha de una campaña en el océano Pacífico para explorar de qué manera podría el satélite Sentinel-2 cuantificar el daño a gran escala.
El Niño es una oscilación irregular de las corrientes del Pacífico tropical que provoca graves consecuencias.
Comienza cuando una masa de agua más cálida del Pacífico tropical occidental se desplaza hacia el este, provocando el movimiento de aguas más frías ricas en nutrientes hacia la costa occidental de América del Sur y América Central. Estas aguas más cálidas aumentan la humedad de las masas de aire que se desplazan por el océano y producen un aumento de las precipitaciones en las zonas terrestres adyacentes.
Además, perturban la circulación atmosférica y provocan anomalías meteorológicas a gran escala en todo el mundo.
El impacto puede ocasionar la aparición de sequías graves en África, precipitaciones abundantes en América del Sur, incendios en el sureste asiático, fuertes tormentas invernales en California, una ola de calor en Canadá e intensos huracanes en todo el océano Pacífico.
El agua cálida también es perjudicial para los corales marinos ya que provoca su blanqueamiento.
El blanqueamiento del coral tiene lugar cuando las algas que habitan los tejidos del mismo, que captan la energía solar y son esenciales para su supervivencia, son expulsadas a causa de las altas temperaturas.
Es posible que el coral decolorado muera, lo que impacta en el ecosistema del arrecife y, por ende, en la pesca, el turismo regional y la protección de la costa.
El actual fenómeno de El Niño comenzó en 2014 y ya ha afectado a corales del archipiélago de Hawái. Las estimaciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU (US National Oceanographic and Atmospheric Administration) muestran que este año el blanqueamiento de corales podría extenderse por todo el mundo, incluido el océano Índico y el Pacífico Sur.
Para estudiar los efectos que han provocado El Niño y el cambio climático en los corales a una mayor escala, la ESA ha puesto en marcha una campaña de campo en Fatu Huku, una isla del Pacífico que forma parte de la Polinesia francesa, para explorar las posibles aplicaciones de las imágenes de los corales tomadas por Sentinel-2.
El satélite recopila datos con regularidad sobre la tierra, masas de agua continentales y zonas costeras y se desactiva en el mar abierto. No obstante, se ha realizado una petición especial para recopilar datos en el momento en que el satélite pasa sobre Fatu Huku con el fin de comprobar la calidad con la que puede monitorizar el estado de los corales, incluido su posible blanqueamiento.
¿Cómo sabremos si funciona? El científico francés Antoine Collin está de camino a Fatu Huku para comprobar los datos. Durante dos semanas, Antoine utilizará cámaras subacuáticas especiales para evaluar el estado de los arrecifes de coral y su cambio con el paso del tiempo. Esta información será analizada junto a los datos captados por Sentinel-2 en el mismo momento para comprobar si las observaciones por satélite son coherentes con las subacuáticas.
Ciberpasquinero
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