La movilidad sostenible en Europa, debate de un billón de euros |
Movilidad y sostenibilidad son dos amplísimos conceptos que juntos conjugan uno de los grandes debates del siglo. La Semana Europea de la Movilidad, es una oportunidad para concienciar a políticos y ciudadanos de la irracionalidad del sistema actual, que genera enormes costes económicos y medioambientales para nuestra sociedad.
El desarrollo del vehículo eléctrico, el uso de automóviles más eficientes, una mayor utilización del transporte público, la bicicleta o los desplazamientos a pie constituyen el núcleo de los mensajes de la Semana de la Movilidad.
Las ciudades participantes en el evento debaten cómo les afecta el tráfico y aprovechan la ocasión para ensayar en sus centros urbanos acciones orientadas a restringir el tráfico motorizado, animar al uso de modos de transporte más sostenibles y mejorar el conocimiento de los ciudadanos sobre el impacto de sus desplazamientos sobre el medio ambiente.
La movilidad actual es, en términos económicos, un problema tan complejo como lo es su solución para llegar a un modelo sostenible, es decir, a "satisfacer las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras", según se recoge en el Informe Brundtland elaborado en 1987 por distintos países para la ONU.
De la movilidad forma parte el transporte profesional, una actividad que da trabajo en la Unión Europea a diez millones de personas y representa el 5 % del PIB, y es en este punto en el que el proyecto E-Cosmos, en el que están varios sindicatos europeos, establece que una movilidad sostenible podría generar hasta 450.000 empleos en España hasta el año 2020 y reducir la factura energética en un 13 %
El transporte representa, además, entre el 10 % y el 15 % del coste de los productos acabados y en un hogar medio supone casi el 14 % del presupuesto familiar. Además, el sector del transporte consume el 40 % del total de la energía.
Los estudios más recientes elevan la cifra que mueve anualmente el transporte en la UE en un billón de euros, con unos costes repartidos entre el usuario y la sociedad.
El usuario paga los peajes, los aparcamientos, los impuestos, los títulos de transporte y el combustible, entre otros parámetros, y la sociedad afronta el coste de los accidentes, la polución, la ocupación del espacio, la congestión o el ruido, entre otros elementos, lo que suma las tres cuartas partes del total.
Y es en este escenario en el que la Semana Europea de la Movilidad trata cada año de fomentar el desarrollo de buenas prácticas y de llegar a medidas permanentes, bien de alcance europeo o en los municipios que cada año se adhieren a la celebración.
La Semana Europea de la Movilidad es una iniciativa que surgió en Europa en 1998, pero es a partir del año 2000 cuando empieza a contar con el apoyo político y financiero de la Comisión Europea y se extiende a otros continentes.
En las ciudades se concentra el 85 % del PIB de la Unión Europea, pero en ellas también se consume el 75 % de la energía y se produce el 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En España, como en el resto de Europa, se sigue la celebración de la Semana Europea de la Movilidad con el Ministerio de Asuntos Exteriores como coordinador nacional y la participación de numerosos municipios en los que también se celebra el evento ¡La ciudad, sin mi coche!
En 2012, como en ediciones anteriores desde 2010, el Ministerio realiza una nueva convocatoria de los Premios SEMS (Semana Española de la Movilidad Sostenible), con el objetivo de hacer un reconocimiento a los municipios por la incorporación a las ciudades de medidas permanentes de movilidad sostenible, y a las organizaciones, empresas e instituciones, por la realización de buenas prácticas para hacer de la movilidad una práctica cada vez más sostenible.
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