Con el fin de desarrollar una investigación para obtener semilla mejorada genéticamente de Pinus patula a través de la selección de árboles superiores, se formó un consorcio de instituciones a lo largo del país que tuviera la capacidad técnica y científica de realizar el proyecto.
El proyecto consiste en el establecimiento de cuatro huertos productores de semilla de Pinus patula. Esta especie es el pino más importante de México por su velocidad de crecimiento y calidad de madera que produce; es el pino mexicano que más se planta en el mundo con fines comerciales.
Las instituciones que colaboran son el Colegio de Postgraduados (Colpos), el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), la Universidad Veracruzana (UV) y la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT).
Este árbol es utilizado por sus buenas propiedades para la fabricación de papel y material celulósico. Es una especie endémica mexicana y se ha distribuido exitosamente en el sur y sureste de África, Colombia y ciertas partes de Argentina.
En México, este pino radica sobre las formaciones montañosas de la Sierra Madre Oriental, la Sierra Madre de Oaxaca. En los estados de Hidalgo, Puebla, Oaxaca y Veracruz se localizan las poblaciones más grandes.
La investigación dirigida por el doctor Javier López Upton del Colegio de Postgraduados busca generar una semilla de calidad genética superior, que se vea reflejada en una mayor cantidad y calidad de madera con un aumento de la rapidez de crecimiento, entre otros aspectos.
“A la par del huerto, buscamos establecer doce ensayos de progenie —con la misma especie— con la función de determinar la calidad genética de los árboles a través de la evaluación del crecimiento de los hijos de esos árboles seleccionados”, comentó el investigador en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Además, están desarrollando una serie de subproductos relacionados con su reproducción asexual para su mejor aprovechamiento.
“Una de las primeras etapas es injertar los árboles superiores seleccionados, porque es el medio por el cual se pueden rescatar genotipos superiores que se encuentran creciendo en el campo”, dijo.
A través de recorridos en el campo, los técnicos e investigadores identifican y recolectan semillas para producir las progenies y púas, estas últimas son las que se injertan.
“Uno de los mayores problemas es el bajo porcentaje de los árboles que se logran injertar. No es tan fácil como las especies frutales, por lo que evaluaremos diferentes opciones para incrementar el prendimiento de los injertos”, explicó el científico miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Apoyo Conacyt
El proyecto surgió como una demanda específica del sector forestal que se detalla en la convocatoria 2017 del Fondo Sectorial para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Tecnológica Forestal.
Este proyecto de investigación tiene una duración estipulada de cinco años, inició desde fines de 2017 y se encuentra en la primera etapa.
El equipo de investigación desarrolló el proyecto con una doble visión para garantizar la conservación de esta especie mexicana, particularmente genotipos superiores con una alta diversidad ya que se muestrean amplias regiones de la distribución natural de la especie, y a partir de ahí aprovechar —dentro de las normativas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor)— su utilización comercial.
“Estamos en la etapa de socialización del proyecto para lograr relacionarnos con diferentes actores como son los propietarios de los bosques de esta especie, los gobiernos estatales, prestadores de servicios forestales y asociaciones silvícolas”, añadió.
Los estados de la república donde opera el proyecto son Hidalgo, Puebla, Oaxaca, Veracruz, Estado de México, Tlaxcala, y con exploración de algunas localidades de Querétaro y Nuevo León.
El especialista señala que los árboles al ser mejorados genéticamente, crecerán más rápido, por lo que tendrán mayor capacidad para capturar carbono del ambiente, por lo que en el caso de lograr vastas poblaciones de árboles representaría una gran ayuda al combate contra el cambio climático.
“Es una investigación de gran impacto social y ecológico porque al crecer más rápido el árbol, impactará favorablemente en la conservación de los suelos y en los recursos hidrológicos. Son beneficios indirectos a largo plazo”, dijo el doctor López Upton.